INVESTIGACIÓN CLÍNICA
Osteotomía de Evans sin injerto óseo en el pie
plano estadio IIB del adulto
Daniel S. Villena,
Pablo Sotelano, María Gala Santini Araujo, Leonardo Conti, Ana C. Parise,
Marina Carrasco
Sector
Medicina y Cirugía del Pie y Tobillo, Servicio de Ortopedia y Traumatología
“Prof. Dr. Carlos E. Ottolenghi”, Hospital Italiano de Buenos Aires, Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, Argentina
RESUMEN
Objetivo: Evaluar los resultados radiográficos y
funcionales al año de la cirugía, en una serie consecutiva de pacientes con diagnóstico
de pie plano valgo estadio IIB, sometidos a una osteotomía de Evans sin injerto
óseo. Materiales y Métodos: Se evaluó,
en forma retrospectiva, a dos grupos de pacientes: grupo 1 (placa con
espaciador, n = 12) y grupo 2 (celdas de PEEK, n = 14). La edad promedio era de
47 años (DE 18) en el grupo 1 y de 54 años (DE 12) en el grupo 2. Resultados: Se evaluó a 26 pacientes
(28 pies operados); 20 (77%) eran mujeres. Las mediciones radiográficas: ángulo
de inclinación del calcáneo, ángulo astrágalo-calcáneo (perfil), ángulo
astrágalo-calcáneo (frente), cobertura astragalonavicular, altura de la columna
medial, longitud de la columna externa, arrojaron diferencias estadísticamente
significativas entre las determinaciones preoperatorias y al año de la cirugía.
El puntaje promedio de la escala de la AOFAS al año fue de 96 (DE 4,70) en el
grupo 1 y de 95 (DE 4,98) en el grupo 2. El puntaje en la escala analógica
visual para dolor fue de 1,2 (DE 0,42) en el grupo 1 y 1,16 (DE 0,46) en el
grupo 2. Conclusiones: De acuerdo
con los resultados obtenidos, concluimos en que la osteotomía de Evans sin el
uso de injerto óseo logra preservar
las correcciones obtenidas en el mediano plazo utilizando placas con espaciador
o celdas de PEEK.
Palabras clave: Pie plano;
osteotomía de Evans; elongación; columna externa.
Nivel de Evidencia: III
Evans Osteotomy Without Bone Graft in Stage IIB Adult Flatfoot Deformity
ABSTRACT
Objective: To evaluate the radiological and functional
outcomes one year after surgery in a consecutive series of patients diagnosed
with stage IIB adult-acquired flatfoot deformity who underwent Evans osteotomy
without the use of bone graft. Materials
and Methods: Two groups of
patients were retrospectively evaluated: group 1 (spacer plate, n=12) and group
2 (PEEK cage, n=14). The mean age was 47 years (SD 18) in group 1 and 54 years
(SD 12) in group 2. Results: 26
patients (28 feet) were evaluated; 14 (84%) of the patients were women.
Radiographic measurements—calcaneal pitch angle, (lateral) talocalcaneal angle,
(AP) talocal-caneal angle, talonavicular coverage angle, medial column height,
lateral column length—yielded statistically significant differences between
preoperative measurements and those taken one year after surgery. The mean
score on the AOFAS scale one year after surgery was 96 (SD 4.70) in group 1 and
95 (SD 4.98) in group 2. Regarding the visual analog scale, it was 1.2 (SD
0.42) in group 1 and 1.16 (SD 0.46) in group 2. Conclusions: According to the results obtained, we conclude that
Evans osteotomy without the use of bone graft manages to preserve the
corrections obtained in the medium term, using either spacer plates or PEEK
cages.
Keywords: Flatfoot deformity; Evans osteotomy; lateral
column lengthening.
Level of Evidence: III
INTRODUCCIÓN
El pie plano valgo (PPV) del
adulto es un cuadro relativamente común en la consulta del especialista en pie
y tobillo, afecta al 20-30% de la población en general, y es más frecuente en
el sexo femenino alrededor de la quinta o sexta década de la vida.1
Aunque la etiología se puede atribuir a enfermedades inflamatorias sistémicas,
del desarrollo, neuromusculares e incluso a cuadros traumáticos, la disfunción
del tendón tibial posterior sigue siendo la causa más común.
Clínicamente
el estadio IIB se caracteriza por la pérdida del arco longitudinal medial, el
valgo del retropié, la abducción del antepié, el signo de más dedos y la
incapacidad de inversión del retropié al elevar los talones en bipedestación (heel rise test).2-4
En 1989, Johnson y Strom5
clasificaron la insuficiencia del tendón tibial posterior en tres estadios;
luego esta clasificación fue modificada por Bluman y cols.6 quienes
agregaron el estadio IV. Uno de los procedimientos quirúrgicos propuestos para
el tratamiento del estadio IIB es la elongación de la columna externa mediante
la osteotomía de Evans, indicada solo en pacientes con una deformidad flexible.
La columna externa está formada
por la cuarta y quinta articulación tarsometatarsiana, el cuboides, la articulación
calcaneocuboidea y el calcáneo.
La osteotomía de Evans se realiza
1,5-2 cm proximal a la superficie articular de la articulación
calcaneocuboidea,7 y se puede mantener la diástasis colocando
injerto óseo tricortical,8 placas con espaciador más injerto óseo u
otras alternativas menos difundidas, como las celdas de PEEK (polyetheretherketone) diseñadas
originalmente como espaciador intersomático para cirugías de artrodesis espinal
(Figuras 1-3).9-11
Este
procedimiento genera una corrección tridimensional, caracterizada
simultáneamente por la aducción del antepié en la articulación
astragalonavicular, una flexión plantar del mediopié y una corrección del valgo
del retropié. En la actualidad, existen controversias sobre cuál es el método
más adecuado para mantener la distracción de dicha osteotomía.
Uno de los principales factores
del fracaso de esta osteotomía a largo plazo es el retraso de la consolidación
o seudoartrosis, lo que redundaría en una pérdida de la corrección obtenida.12
El objetivo de este estudio fue
evaluar los resultados radiográficos y funcionales al año de la cirugía, en una
serie consecutiva de pacientes con PPV estadio IIB, a quienes se les realizó
una osteotomía de Evans sin injerto óseo.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se llevó a cabo un estudio
retrospectivo en una serie consecutiva de pacientes con pie plano flexible con
valgo del retropié y abducción del antepié (PPV IIB), que fueron sometidos a
una elongación de la columna externa (osteotomía de Evans) sin el uso de
injerto óseo, entre marzo de 2010 y marzo de 2014, en el Sector Medicina y
Cirugía del Pie y Tobillo del Servicio de Ortopedia y Traumatología de nuestra
institución. Se excluyó a pacientes con revisión de cirugía, enfermedades
sistémicas, secuelas neurológicas o seguimiento <1 año.
La información de los pacientes
fue recolectada de la historia clínica electrónica. Este estudio fue evaluado y
aprobado por el Comité de Ética de la institución.
Estudio clínico-radiográfico
Todos los pacientes contaban con
mediciones radiográficas preoperatorias y posoperatorias a los tres meses y al
año de la cirugía. La evaluación funcional se realizó con la escala de la AOFAS
(American Orthopaedic Foot and Ankle
Society) y la escala analógica visual para dolor antes de la cirugía y un
año después. Las evaluaciones clínico-radiográficas
estuvieron a cargo de dos médicos especialistas en cirugía de pie y tobillo.
Se tomaron las siguientes
mediciones:
Radiografías de perfil
-
Inclinación del calcáneo: se midió con el trazado de una línea tangente al
borde inferior del calcáneo y otra línea desde el borde inferior del sesamoideo
medial a la apófisis inferior del calcáneo. Un valor de 18° a 20° se consideró
normal.
-
Altura de la columna medial: se midió como la distancia entre la línea de la
base del primer metatarsiano a la línea que pasa por el borde inferior del
sesamoideo medial. Los valores de 20 ± 3 mm se consideraron normales.
-
Ángulo astrágalo-primer metatarsiano: línea que conecta el eje longitudinal del
astrágalo con el eje del primer metatarsiano (el eje longitudinal del astrágalo
se mide colocando un punto medio entre la cara superior e inferior en el centro
de la superficie articular y un punto medio en el cuello del astrágalo). El
valor normal es de 0 ± 4º.
Radiografías de frente
- Ángulo astrágalo-primer metatarsiano:
ángulo formado por una línea trazada por el eje del primer metatarsiano y otra
que pasa por el eje del astrágalo. El valor normal es de 0 ± 5º.
- Cobertura astragalonavicular: se mide como el ángulo formado por
una línea trazada perpendicular a la superficie articular del astrágalo y una
segunda línea perpendicular a la superficie articular del escafoides. El valor
normal es de 0 a 10º.
- Longitud de la columna lateral: línea que va desde la apófisis
posterior del calcáneo a la articulación metatarsofalángica del quinto dedo. El
valor normal es de 160 ± 5 mm de longitud.
Los pacientes fueron analizados
en dos grupos de acuerdo con el método utilizado para la elongación de la
columna externa: grupo 1, con placa bloqueada con espaciador y grupo 2, con
celdas de PEEK.
Análisis estadístico
Las variables continuas se
expresan como mediana con su respectivo rango intercuartílico 25-75 y las
variables categóricas, como frecuencias relativas o absolutas. Las
comparaciones entre las mediciones radiográficas se realizaron con la prueba de
la t de Student para muestras pareadas. Se compararon las mediciones
preoperatorias con las obtenidas a los 12 meses y las mediciones de los tres
meses con las de los 12 meses. Se consideró estadísticamente significativo un
valor p <0,05.
RESULTADOS
Entre marzo de 2010 y marzo de
2014, se operaron 77 pacientes con PPV estadio II. En el estudio, se incluyó a
26 pacientes, 20 (77%) eran mujeres y dos fueron operados de ambos pies (28
pies). La edad promedio era de 47 años (desviación estándar [DE] 18) en el
grupo 1 y de 54 años (DE 12) en el grupo 2.
En 14 pies, se realizó una
osteotomía de Evans con placa bloqueada con espaciador (grupo 1), mientras que,
en los 14 restantes, se utilizaron celdas de PEEK (grupo 2). Las cirugías
estuvieron a cargo del mismo equipo de cirujanos especialistas en patologías de
pie y tobillo.
El tiempo quirúrgico promedio fue
de 117 min (DE 4) en el grupo 1 y de 104 min (DE 5) en el grupo 2 (p = 0,05).
Al analizar las variables radiográficas en el grupo 1 (placas con espaciador) y
el grupo 2 (celdas de PEEK), se observaron diferencias estadísticamente
significativas entre las mediciones preoperatorias y a los 12 meses de la
cirugía, salvo en la variable
longitud de la columna externa (Tablas 1 y 2).
Se tomaron las mismas mediciones
a los tres meses y a los 12 meses de la operación y no se hallaron diferencias
estadísticamente significativas (p >0,05) en ninguno de los dos grupos
(Tablas 3 y 4).
Cuando se analizaron las
mediciones radiográficas según el tipo de intervención, se obtuvieron
resultados similares en ambos grupos; en primera instancia, se observó una
mejoría en todas las mediciones posoperatorias al compararlas con las
preoperatorias, mientras que estas se mantuvieron entre los tres y los 12 meses
posteriores a la cirugía. Estas diferencias fueron estadísticamente
significativas, excepto en la longitud de la columna externa.
No hubo diferencias
estadísticamente significativas en las mismas mediciones comparativas de ambos grupos
entre los tres y los 12 meses después de la operación.
El puntaje promedio en la escala
de la AOFAS fue de 48,57 (DE 10,44) antes de la cirugía y de 96 (DE 4,70) al
año, en el grupo 1, mientras que, en el grupo 2, fue de 49,8 (DE 11,61) y 95
(DE 4,98), respectivamente.
Con respecto a la escala
analógica visual para dolor, los resultados fueron 5,08 (DE 1,13) antes de la
cirugía y 1,12 (DE 0,42) al año, en el grupo 1, y 5,6 (DE 0,80) y 1,16 (DE
0,46), respectivamente, en el grupo 2; en ambos casos, las mediciones fueron
estadísticamente significativas.
Se dividió a las complicaciones
en tempranas y tardías. En el grupo 1, un paciente tuvo una dehiscencia de la
herida y dos infecciones superficiales, tratadas con antibióticos por vía oral
y curaciones diarias, que se curaron sin complicaciones, y una complicación
tardía de artrosis calcaneocuboidea asintomática que no necesitó resolución
quirúrgica.
En el grupo 2, solo se produjeron
complicaciones tardías: dos retrasos de la consolidación y dos pérdidas de la
reducción del sitio de la osteotomía. En un paciente con retraso de la
consolidación, se logró la fusión, mientras que el otro caso evolucionó a la
seudoartrosis; ninguno tuvo una repercusión clínica que requiriera una nueva
cirugía.
DISCUSIÓN
La osteotomía de Evans es una de
las herramientas diseñadas para el tratamiento del PPV del adulto. Numerosos
estudios ya demostraron que la elongación de la columna externa es un factor
determinante para la corrección de la abducción del antepié en el pie plano
adquirido del adulto.13,14
El tratamiento del PPV estadio II
es el que genera mayor controversia. Una encuesta realizada a cirujanos de pie
y tobillo en 2002 reveló que el 43% utilizará una elongación de la columna
externa en combinación con otros procedimientos para reconstruir un pie plano
en estadio IIB; de esta manera, se destaca la variedad en los enfoques
terapéuticos.9
Los resultados de nuestro estudio
muestran que las correcciones obtenidas mediante la osteotomía de Evans sin el
uso de injerto óseo no sufren modificaciones en el seguimiento a corto plazo.
Es interesante, además, que todas las variables radiográficas evaluadas antes
de la cirugía sufren una modificación estadísticamente significativa en el
posoperatorio, salvo la longitud de la columna externa que no muestra
diferencias al ser evaluada y comparada antes de la cirugía, a los tres y 12
meses de la operación.
Este dato coincide con lo
publicado por Kang y cols.15 quienes no hallaron diferencias en la
longitud de la columna externa al comparar pacientes con PPV y sin él.
Se emplean diversos
procedimientos para mantener el espacio generado por la osteotomía de Evans. El
injerto óseo de cresta ilíaca autólogo se acepta como la mejor opción, aunque
la tasa de complicaciones de la zona dadora es de alrededor del 20% (dolor,
neuropraxia, problemas estéticos, hemorragia, hernias, fracturas de la cresta).16-19
El aloinjerto eliminaría las complicaciones en el sitio dador, pero requeriría
de un mayor tiempo de consolidación; a esto deberíamos sumarle la
disponibilidad de un banco de tejidos, un mayor costo y el riesgo de
transmisión de enfermedades infectocontagiosas.20
Teniendo en cuenta la morbilidad
del sitio donante y los problemas con los aloinjertos, Niño Gomez y cols.8
adoptaron el uso de celdas de PEEK con injerto autólogo para diversos
procedimientos en cirugías de pie y tobillo, y lograron la consolidación ósea
en 21 de los 22 pacientes (promedio: 14 semanas).
En nuestro estudio, se logró la
consolidación a los tres meses en el 93% de los pies operados; por lo tanto,
podemos sugerir la posibilidad de prescindir del uso de autoinjerto o
aloinjerto para realizar esta técnica más allá del método utilizado para
mantener la corrección.
Cooper y cols.21
comunicaron que las fuerzas de compresión en la articulación calcaneocuboidea
se multiplican ocho veces por sobre el valor normal cuando se realiza un
alargamiento de 10 mm, lo cual concuerda con lo publicado por Xia y cols.22
quienes sugieren una diástasis no superior a 8 mm para evitar el riesgo de
artrosis o subluxación calcaneocuboidea.23 Aunque no fue el objetivo
de este estudio correlacionar el tamaño de la diástasis y sus posibles
complicaciones, detectamos una artrosis calcaneocuboidea en el grupo 1 y dos
subluxaciones en el grupo 2. A pesar de esto, ninguna de estas complicaciones
tardías tuvo relevancia clínica, lo que coincide con lo publicado por Ahn y
cols.12 quienes sugieren que no es necesario corregir las
subluxaciones, porque no generarían cambios artrósicos en el mediano plazo.
Con respecto a la valoración
clínica mediante la escala de la AOFAS, se obtuvo una mejoría estadísticamente
significativa en los valores al año de la intervención, en ambos grupos. No se
hallaron diferencias al comparar ambos grupos a los 12 meses de la cirugía.
Las limitaciones de nuestro
estudio son su diseño retrospectivo y observacional con un seguimiento corto.
No se evaluó la correlación entre el tamaño de la diástasis obtenida y las
complicaciones tardías.
CONCLUSIONES
La solución al dolor causado por
el PPV continúa en desarrollo. De acuerdo con los resultados de este estudio,
se puede concluir en que la osteotomía de Evans mediante la elongación de la
columna externa es un método reproducible y fiable para reconstruir la
estabilidad funcional normal del mediopié y el retropié, y que tanto las placas
bloqueadas con espaciador como las celdas de PEEK, sin el empleo de injerto
óseo, logran preservar las correcciones obtenidas con la osteotomía de Evans en
el mediano plazo.
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ORCID de P. Sotelano: https://orcid.org/0000-0001-8714-299X
ORCID de A. C. Parise: https://orcid.org/0000-0001-7308-3693
ORCID de M. G. Santini Araujo: https://orcid.org/0000-0002-5127-5827
ORCID de M. Carrasco: https://orcid.org/0000-0002-1251-4936
ORCID de L. Conti: https://orcid.org/0000-0003-2333-5834
Recibido el 30-7-2022. Aceptado luego de la
evaluación el 15-9-2022 • Dr. Daniel S.
Villena • dsvillena@hotmail.com • https://orcid.org/0000-0001-5742-1226
Cómo citar este
artículo: Villena DS, Sotelano P, Santini Araujo MG, Conti L, Parise AC, Carrasco
M. Osteotomía de Evans sin injerto óseo en el pie plano estadio IIB del adulto.
Rev Asoc Argent Ortop Traumatol 2023;88(1):13-21.
https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2023.88.1.1631
Información del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2023.88.1.1631
Fecha de publicación: Febrero, 2023
Conflicto de intereses: Los
autores no declaran conflictos de intereses.
Copyright: © 2023, Revista de la Asociación Argentina de
Ortopedia y Traumatología.
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