PRESENTACIÓN DE CASOS
Espondilodiscitis
en lactantes <6 meses con hemocultivo negativo. Reporte de un caso y
revisión bibliográfica
Matías L. Cullari,
Javier Dal Lago, Juan Ignacio De Giano, Facundo Aguirre, Santiago Aguer, Ruy
Lloyd
Servicio
de Ortopedia y Traumatología, Hospital Británico de Buenos Aires, Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, Argentina
RESUMEN
En la espondilitis,
la inoculación generalmente es hematógena hacia el cuerpo vertebral. Si la
infección se propaga al espacio intervertebral, se denomina espondilodiscitis.
Hoy en día, el número de infecciones piógenas ha aumentado. Uno de los
principales problemas con la espondilodiscitis es el retraso en el diagnóstico
debido a los síntomas no específicos, especialmente en niños <1 año. Los análisis
de laboratorio tampoco ofrecen certeza en el diagnóstico, ya que, en muchos
casos, los parámetros son normales o solo están ligeramente elevados.
Presentamos el caso de una paciente de 4 meses con espondilodiscitis y cultivo
negativo, controlada durante 18 meses, cuyo cuadro se resolvió, de manera
conservadora, con antibióticos y un corsé toraco-lumbo-sacro.
Palabras clave: Espondilodiscitis; columna espinal;
lactante; cultivo negativo.
Nivel de
Evidencia: IV
Spondylodiscitis
in Infants Under 6 Months with Negative Blood Culture. Case Report and
Literature Review
ABSTRACT
In spondylitis, the infection is usually introduced hematogenously into
the vertebral body. If it spreads to the intervertebral space, it is termed
spondylodiscitis. In recent years, the incidence of pyogenic infections has
increased. One of the main challenges in diagnosing spondylodiscitis is the
delay due to nonspecific symptoms, particularly in infants under 1 year of age.
Laboratory tests are also inconclusive, as parameters often remain normal or
only slightly elevated. We present the case of a 4-month-old infant with
spondylodiscitis and a negative blood culture, who was followed for 18 months.
The condition resolved with conservative treatment using antibiotics and a
thoracolumbosacral orthosis (TLSO) brace.
Keywords:
Spondylodiscitis; spine; infant; negative culture.
Level of Evidence: IV
INTRODUCCIÓN
La incidencia de espondilodiscitis es de
aproximadamente 1 en 250.000 nacidos vivos.1,2 La distribución por edades de la espondilodiscitis
pediátrica es trifásica: el primer pico ocurre entre los 6 meses y los 4 años
de edad (79%), un segundo pico más pequeño durante la adolescencia (20%) y solo
un grupo excepcional antes de los 6 meses (1%).3
Antes la espondilodiscitis tuberculosa era la más común. Hoy en día, el número
de infecciones piógenas ha aumentado, especialmente las causadas por las
familias Staphylococcus, Streptococcus
y Kingella.3
Uno de los principales problemas que plantea la
espondilodiscitis es el retraso en el diagnóstico, porque la sintomatología
inespecífica y los cambios en la radiografía simple tardan de 2 a 3 semanas en
aparecer.4 La espondilodiscitis
en niños <1 año es la más difícil de diagnosticar, debido a que estos
pacientes de este rango etario no cooperan en el examen físico.4
Los análisis de laboratorio tampoco proporcionan
certeza en el diagnóstico y tanto los hemocultivos como los cultivos de
material obtenido por biopsia también son negativos en muchos casos (56-100%
según la serie).5
El objetivo de este artículo es concientizar sobre
esta enfermedad poco frecuente a una edad tan temprana y desarrollar un patrón
de investigación y tratamiento.
CASO CLÍNICO
Paciente de 4 meses de edad, en período de
amamantamiento, sin antecedentes clínicos significativos. Fue traído al
Servicio de Urgencias por una diuresis negativa de más de 12 h, asociada a 72 h
de estreñimiento. La madre mencionó que el inicio de los síntomas fue un ataque
de diarrea 20 días antes de la visita, que se resolvió en 48 h, pero, a partir
de ese momento, notó un cambio en el comportamiento de la niña, que incluía
rechazo de la leche materna.
En el examen físico, la paciente se encontraba
afebril, clínicamente estable y compensada hemodinámicamente. Tenía dolor
evidente con llanto a la palpación de la región toracolumbar y perivertebral en
esa zona. Al ingresar, los resultados de los análisis de laboratorio mostraron
un recuento de glóbulos blancos de 16.800, una velocidad de sedimentación
globular de 75 y una proteína C reactiva de 0,7. Se solicitaron radiografías y
una resonancia magnética a las 48 h del ingreso, que revelaron signos
compatibles con espondilodiscitis en el espacio L1-L2 (Figuras
1 y 2).
Se tomaron muestras para hemocultivo y se inició un
tratamiento profiláctico con ceftriaxona 80 mg/kg/día, cada 24 h, por vía
intravenosa y vancomicina 60 mg/kg/día, cada 8 h, por vía intravenosa, durante
21 días. En la internación, la actitud de la niña mejoró gradualmente, con una
disminución del llanto espontáneo. Se realizó una resonancia magnética de
seguimiento a los 11 días (Figura 3).
Se recomendó el uso de un corsé toraco-lumbo-sacro
después de 3 semanas, y el antibiótico se cambió a jarabe de acetilo de
cefuroxima oral (125 ml/5 ml): 2,5 ml, cada 12 h más jarabe de trimetoprima-sulfametoxazol
(40 mg de trimetoprima más 200 mg de sulfametoxazol en 5 ml): 5,5 ml, cada 12
horas.
Ante la buena evolución clínica y el hemocultivo
negativo, se decidió suspender el tratamiento antibiótico a los 5 meses. En la
actualidad, a los 18 meses del inicio del cuadro clínico, la niña realiza
actividades apropiadas para su edad sin dolor lumbar (Figura
4).
DISCUSIÓN
La espondilodiscitis generalmente ocurre en niños
>6 meses de edad sin preferencia de sexo.6
La falta de especificidad de los síntomas, los hallazgos de laboratorio y la
detección tardía en los estudios radiográficos, a menudo, conducen a un
diagnóstico inicial erróneo, con tasas hasta del 50%.6,7 Los recién
nacidos pueden tener síntomas y signos equívocos, como somnolencia, fiebre y
vómitos, y, en casos de diagnóstico tardío, la evolución del cuadro puede ser
tórpida. Los niños en este rango etario pueden sufrir deformidades
irreversibles en la columna si no son tratados a tiempo.8
En nuestro caso, los padres buscaron atención
médica 3 semanas después de los primeros síntomas (diarrea), y la demora en el
diagnóstico fue de 2 días desde la consulta inicial al servicio de urgencias.
Es posible que los análisis de laboratorio no
siempre muestren niveles elevados de marcadores inflamatorios.9 La proteína C reactiva casi siempre está
alta en los pacientes con espondilodiscitis piógena, y esto puede ser útil para
diferenciar estos casos de los casos tuberculosos, en los que estos marcadores
pueden tener valores en el rango normal.10
En los análisis de laboratorio iniciales de nuestra paciente, el recuento de
glóbulos blancos fue de 16.800; la velocidad de sedimentación globular, de 75 y
la proteína C reactiva, de 0,7. Estos valores generaron dudas sobre el
diagnóstico, lo que motivó una mayor investigación sobre la etiología de la
enfermedad.
La resonancia magnética permite llegar al
diagnóstico en las primeras etapas de la enfermedad.11 Moic y cols. comunican
que la resonancia magnética tuvo una sensibilidad del 96%, una especificidad
del 92% y una precisión del 94% para el diagnóstico.11 Por el contrario, las radiografías
convencionales tienen una sensibilidad y especificidad del 82% y el 75%,
respectivamente. Además, las imágenes por resonancia magnética permiten
realizar diagnósticos diferenciales, como los tumores de la columna vertebral y
la osteocondrosis erosiva.12
A diferencia de los adultos, no existen pautas para
el tratamiento de la espondilodiscitis pediátrica. Algunos autores cuestionan
la necesidad de terapia antimicrobiana para todos los casos de
espondilodiscitis primaria, ya que se ha observado que se resuelve sin
medicamentos.13 Por lo general,
mientras se esperan los resultados de los análisis de laboratorio, se
recomienda administrar una combinación de antibióticos de amplio espectro,
inclusive un fármaco activo contra S.
aureus, por vía intravenosa, durante 3 o 4 días.14 En la actualidad, es importante mencionar
a Kingella kingae como un
microorganismo reemergente como causa de infecciones osteoarticulares.15 Se trata de un cocobacilo gramnegativo,
miembro del grupo HACEK. Forma parte de la microbiota de la orofaringe, con
tasas de portación del 10% en niños <4 años. La incidencia es más baja en
los 6 primeros meses de vida, relacionada con la protección que confieren los
anticuerpos maternos.16 La
naturaleza “exigente” de este microorganismo implica que no se desarrolle
fácilmente en los medios de cultivo tradicionales, por lo cual el uso de
sistemas automatizados aumenta considerablemente el aislamiento.16 Respecto a la espondilodiscitis por K. kingae, más del 80% de los casos
ocurren entre los 6 meses y 4 años, y afecta el espacio L4-L5 en un 70%.17
Por lo general, la administración de antibióticos
por vía intravenosa se continúa durante varios días y, si la condición del
paciente mejora, se cambia a terapia oral, que se mantiene durante varias
semanas, generalmente de 6 a 8 semanas.
La indicación de procedimientos más invasivos, como
la biopsia o la aspiración con aguja, no está establecida actualmente. En la
bibliografía, se comunican tasas de identificación del microorganismo causal
que oscilan entre el 0% y el 63% para la aspiración con aguja y la biopsia
abierta.18 Sin embargo, debido a
los riesgos quirúrgicos y anestésicos, estas intervenciones aún no son procedimientos
diagnósticos estándar para la mayoría de los autores, y se utilizan cuando el
paciente no mejora a pesar del tratamiento empírico instaurado. Nuestra
paciente, luego de 72 h de tratamiento antibiótico, mostró signos de mejoría
clínica, por lo cual no fue necesario realizar la punción ósea.
Al igual que Menelao y cols., consideramos que la
inmovilización de la columna vertebral es crucial para obtener resultados
favorables a largo plazo.15 La
inmovilización permite que la infección sane y, también, mantiene la columna
vertebral en un eje normal para evitar el desarrollo de deformidades aún
peores. Se justifica la interrupción del tratamiento cuando el paciente no
tiene dolor y se normalizan los resultados de laboratorio.19
A nuestra paciente, se le indicó el tratamiento
ortopédico con un corsé toraco-lumbo-sacro a las 3 semanas de iniciar el
tratamiento antibiótico para intentar corregir la deformidad de la cifosis de
la columna dorsal. Utilizó el corsé durante 10 meses y obtuvo buenos
resultados. En el último seguimiento posoperatorio, 18 meses después del
comienzo del cuadro, no tenía deformidad en la unión toracolumbar.
CONCLUSIONES
A pesar de su rareza a una edad tan temprana, la
espondilodiscitis infecciosa es una afección por tener en cuenta en los niños.
En la mayoría de los casos, la enfermedad es leve y puede resolverse
espontáneamente o con una simple inmovilización de la columna vertebral, además
del tratamiento antibiótico. El diagnóstico de la espondilodiscitis y la
diferenciación entre casos leves y graves pueden ser difíciles, porque los
signos y síntomas son inespecíficos. La resonancia magnética es el estudio por
imágenes de referencia para diagnosticar esta enfermedad en pacientes <6
meses de edad.
BIBLIOGRAFÍA
1.
Cottle L,
Riordan T. Infectious spondylodiscitis. J
Infect 2008;56(6):401-12. https://doi.org/10.1016/j.jinf.2008.02.005
2. Crawford AH, Kucharzyk DW, Ruda R, Smitherman HC Jr.
Diskitis in children. Clin Orthop Relat
Res 1991;(266): 70-9. PMID: 2019071
3. Dayer R, Alzahrani MM, Saran N, Ouellet JA, Journeau
P, Tabard-Fougère, et al. Spinal infections in children: a multicentre
retrospective study. Bone Joint J
2018;100-B(4):542-8. https://doi.org/10.1302/0301-620X.100B4
4.
Brown R,
Hussain M, McHugh K, Novelli V, Jones D. Discitis in young children. J Bone Joint Surg Br 2001;83(1): 106-11. https://doi.org/10.1302/0301-620x.83b1.10865
5. Kayser R, Mahlfeld K, Greulich M, Grasshoff H.
Spondylodiscitis in childhood: results of a long-term study. Spine (Phila Pa 1976) 2005;30(3):318-23. https://doi.org/10.1097/01.brs.0000152097.57891.98
6. Krödel A, Stürz H. Differentiated surgical and
conservative treatment of spondylitis and spondylodiscitis. Z Orthop Ihre Grenzgeb 1989;127(5):587-96. https://doi.org/10.1055/s-2008-1040296
7. Wisneski RJ. Infectious disease of the spine.
Diagnostic and treatment considerations. Orthop
Clin North Am 1991;22(3):491-501. PMID: 1852425
8.
Date AR,
Rooke R, Sivashankar S. Lumbar discitis. Arch
Dis Child 2006;91(2):116. https://doi.org/10.1136/adc.2005.080804
9.
Chandrasenan
J, Klezl Z, Bommireddy R, Calthorpe D. Spondylodiscitis in children: a
retrospective series. J Bone Joint Surg
Br 2011;93(8):1122-5. https://doi.org/10.1302/0301-620X.93B8.25588
10. Fernandez M, Carrol CL, Baker CJ. Discitis and
vertebral osteomyelitis in children: an 18-year review. Pediatrics 2000;105(6):1299-1304. https://doi.org/10.1542/peds.105.6.1299
11. Modic MT,
Feiglin DH, Piraino DW, Boumphrey F, Weinstein MA, Duchesneau PM, et al. Vertebral osteomyelitis: assessment using MR. Radiology 1985;157(1):157-66. https://doi.org/10.1148/radiology.157.1.3875878
12. Sharif HS. Role of MR imaging in the management of
spinal infections. AJR Am J
Roentgenol 1992;158(6):1333-45. https://doi.org/10.2214/ajr.158.6.1590137
13. Spiegel PG, Kengla KW, Isaacson AS, Wilson JC Jr.
Intervertebral disc-space inflammation in children. J Bone Joint Surg Am 1972;54(2):284-96. PMID: 4405578
14. Milone F, Bianci A Jr, Ivins J. Infections of the
intervertebral disk in children. JAMA 1962;181:1029-33. https://doi.org/10.1001/jama.1962.03050380007003
15. Al-Qwbani M, Jiang N, Yu B. Kingella kingae-associated
pediatric osteoarticular infections: An overview of 566 reported cases. Clin Pediatr (Phila) 2016;55(14):1328-37. https://doi.org/10.1177/0009922816629620
16. Garron E, Viehweger E, Launay F, Guillaume JM, Jouve
JL, Bollini G. Nontuberculous spondylodiscitis in children. J Pediatr Orthop 2002;22(3):321-8. PMID: 11961447
17. Ceroni D,
Belaieff W, Kanavaki A, Della Llana RA, Lascombes P, Dubois-Ferriere V, et al. Possible association of Kingella kingae with infantile
spondylodiscitis. Pediatr Infect Dis J
2013;32(11):1296-8. https://doi.org/10.1097/INF.0b013e3182a6df50
18. Enoch DA, Cargill JS, Laing R, Herbert S, Corrah TW,
Brown NM. Value of CT-guided biopsy in the diagnosis of septic discitis. J Clin Pathol 2008;61(6):750-3. https://doi.org/10.1136/jcp.2007.054296
19. Al Yazidi LS, Hameed H, Kesson A, Isaacs D.
Spondylodiscitis in children. J
Paediatr Child Health 2022;58(10):1731-5. https://doi.org/10.1111/jpc.16175
ORCID de J. Dal Lago: https://orcid.org/0000-0002-0868-5505
ORCID de S. Aguer: https://orcid.org/0000-0001-9079-1966
ORCID de J. I. De
Giano: https://orcid.org/0009-0008-6559-6892
ORCID de R. Lloyd: https://orcid.org/0000-0003-3897-3628
ORCID de F. Aguirre: https://orcid.org/0009-0008-7148-9575
Recibido
el 2-8-2024. Aceptado luego de la evaluación el 14-11-2024 • Dr.
Matías L. Cullari • matiaslcullari@gmail.com
• https://orcid.org/0000-0002-6058-6686
Cómo
citar este artículo: Cullari ML, Dal Lago J, De
Giano JI, Aguirre F, Aguer S, Lloyd R. Espondilodiscitis en lactantes <6 meses
con hemocultivo negativo. Reporte de un caso y revisión bibliográfica. Rev Asoc Argent Ortop Traumatol 2025;90(1):73-79. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2025.90.1.2009
Información del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2025.90.1.2009
Fecha de publicación: Febrero, 2025
Conflicto de intereses: Los autores no declaran conflictos de
intereses.
Copyright: © 2025, Revista de la
Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología.
Licencia: Este artículo está bajo una
Licencia Creative Commons Atribución-No
Comercial-Compartir Obras Derivadas Igual 4.0 Internacional. (CC-BY-NC-SA 4.0)