INVESTIGACIÓN CLÍNICA
Diferencias entre los sexos en la
recuperación de las lesiones del plexo braquial. Bases anatómicas y
fisiológicas, y estudio clínico
Lucas F. Loza,* Franco Balbuena,* Ricardo Mishima,** Pablo E. Valle,*
Alejandro Fazio,* Fernando J. Cervigni*
*Servicio
de Ortopedia y Traumatología, Hospital Privado Universitario de Córdoba,
Córdoba, Argentina
**Servicio
de Ortopedia y Traumatología, Sanatorio Allende, Córdoba, Argentina
RESUMEN
Introducción: Las
lesiones del plexo braquial son graves, incapacitantes y generan un alto costo
socioeconómico. Restaurar la flexión del codo resulta primordial para la
recuperación. Las características anatomofisiológicas de los nervios de los
varones y los efectos periféricos de la testosterona podrían jugar un papel en
la mejor recuperación de los hombres sobre las mujeres.
Materiales y Métodos: Estudio
observacional, retrospectivo, tipo serie de casos. Se incluyó a 39 pacientes
con lesiones del plexo braquial sometidos a neurotizaciones del nervio musculocutáneo. Resultados: En el sexo masculino, el puntaje promedio de la escala BMRC
fue 4; la tasa de reinervación funcional (BMRC ≥3), del 89% y la tasa de falla
quirúrgica (BMRC <3), del 11%. En el sexo femenino, el puntaje promedio de
la escala del BMRC fue 3,5; se logró la reinervación funcional en el 67%, con
una tasa de falla quirúrgica del 33%, hubo una mayor tendencia a la falla
conforme aumentaba la edad de la paciente. Las diferencias de fuerza lograda
por subgrupo según la escala del BMRC fueron estadísticamente significativas (p
= 0,05). Conclusiones: Los
hombres tienen una capacidad de recuperación motora mayor que las mujeres luego
de las neurotizaciones del nervio musculocutáneo. Además, existe una mayor
tendencia a la falla quirúrgica en el sexo femenino conforme aumenta la edad.
Esto podría explicarse por las diferencias anatomofisiológicas del nervio
periférico entre los sexos y por mecanismos ligados a la testosterona tanto
sobre el sistema nervioso como en los músculos.
Palabras clave: Lesiones
del plexo braquial; neurotizaciones; transferencias nerviosas; testosterona.
Nivel de Evidencia: IV
Sex Differences in Recovery of
Brachial Plexus Injuries: Anatomical and Physiological Basis and Clinical Study
ABSTRACT
Introduction: Brachial
plexus injuries (BPIs) are severe, disabling, and impose a high socioeconomic
burden. Restoring elbow flexion is paramount to functional recovery. Anatomical
and physiological characteristics of peripheral nerves in males and the
peripheral effects of testosterone may contribute to better recovery in men
than in women. Materials and
Methods: Observational, retrospective case series. Thirty-nine
patients with BPI who underwent musculocutaneous nerve neurotization were
included. Results: In males, the
mean BMRC score was 4; the functional reinnervation rate (BMRC ≥3) was 89%, and
the surgical failure rate (BMRC <3) was 11%. In females, the mean BMRC score
was 3.5; functional reinnervation was achieved in 67%, with a surgical failure
rate of 33%, and there was a greater tendency to failure with increasing
patient age. Differences in strength achieved by subgroup according to the BMRC
scale were statistically significant (p = 0.05). Conclusions: Men show a greater capacity for motor recovery than
women after musculocutaneous nerve neurotization. Additionally, the risk of
surgical failure increases with age in females. These findings may be explained
by sex-related differences in peripheral nerve anatomy and physiology and by
testosterone-related mechanisms acting on the nervous system and muscle.
Keywords: Brachial
plexus injuries; neurotization; nerve transfers; testosterone.
Level of Evidence: IV
Las
lesiones del plexo braquial (LPB) son graves y altamente incapacitantes, y
generan un gran costo socioeconómico para el sistema de salud. Su incidencia
(aunque difícil de calcular objetivamente) se ha incrementado en los últimos
años, debido al aumento de la supervivencia tras los accidentes
automovilísticos graves.1 La edad
promedio de los pacientes es de 26.4 años en el momento de sufrir la lesión, y
el 90,5% de los pacientes con estas lesiones son del sexo masculino.2
La
restauración de la flexión del codo en dichos pacientes es un primordial primer
paso hacia la funcionalidad final y la recuperación del miembro afectado. La
neurotización del nervio musculocutáneo o sus ramas empleando diferentes
técnicas se ha establecido como el procedimiento de referencia para lograr
dicho objetivo.
En este
estudio, se utilizaron dos tipos de neurotizaciones según la LPB por
reconstruir: la cirugía de Oberlin tipo I, que consiste en neurotizar la rama
del bíceps con la rama del flexor carpi
ulnaris del nervio cubital (Oberlin tipo I) en las LPB altas (C5-C6) y la
transferencia del nervio espinal accesorio (XI) al nervio musculocutáneo
(TNEMC) con injerto sural autólogo en las LPB totales.
La
hipótesis principal fue que los hombres tendrían una mayor capacidad de
recuperación funcional ante lesiones de nervios periféricos (entre ellas, LPB)
y, sumado a esto, obtendrían mejores resultados luego de transferencias
nerviosas para el tratamiento de las LPB, sobre la base de las siguientes
consideraciones:
•
Los axones de los
hombres tienen un área transversal hasta un 80% mayor y hasta un 55% más de
microtúbulos, lo cual los hace mucho más
resistentes a los traumatismos por estiramiento.3
•
Luego del trauma,
aumenta rápidamente el calcio intracelular en los axones de las mujeres, esto
disminuye su potencial excitabilidad. Esta
respuesta es menor en los hombres.3
•
La testosterona
tendría un papel fundamental en dos efectores:3-6
-
En las
neuronas: estimula el crecimiento y la reparación axonal luego de una lesión
nerviosa periférica.4 Además,
protege a las neuronas correspondientes a la vía lesionada de la atrofia
dendrítica que ocurre habitualmente después de la lesión, gracias a la
interacción con receptores androgénicos en el sistema nervioso central.4,5
-
En los
músculos: retrasa la degeneración muscular luego de la desnervación y disminuye
el cambio de fibras de tipo I a tipo II.6
Esto sería de vital importancia en las neurotizaciones, porque prolongaría el
tiempo en el que el músculo por reinervar se encuentra en condiciones para
hacerlo.
En las
diversas series de pacientes con neurotizaciones para tratar LPB que hemos
consultado,1,2,7,8 no encontramos un reporte claro de las diferencias
de recuperación entre los sexos. Es por esto que, al
incluir un tamaño de muestra relevante, un seguimiento extendido y,
principalmente, un porcentaje de mujeres considerable (comparado con las series
consultadas), decidimos realizar este estudio con el objetivo de intentar
establecer si efectivamente existen diferencias en la potencialidad de
recuperación entre los sexos. Nuestra investigación aportaría información útil
sobre el tema y permitiría establecer objetivos y pronósticos claros en la
recuperación de los pacientes intervenidos.
MATERIALES Y MÉTODOS
El
objetivo principal del estudio fue determinar si hay diferencias significativas
en la recuperación de la fuerza bicipital entre los hombres y las mujeres
operados por LPB. El objetivo secundario fue determinar si, además del sexo,
existen otros factores relacionados en la recuperación de la fuerza bicipital
después de una cirugía de LPB.
Diseño del estudio
Se llevó
a cabo un estudio observacional, retrospectivo, de tipo serie de casos con
pacientes operados entre enero de 2009 y julio de 2022, en una institución
pública y una privada de Córdoba.
Las
técnicas quirúrgicas utilizadas fueron la de Oberlin y la TNEMC con injerto de
nervio sural. Todos fueron operados por el autor sénior de este estudio (FJC).
Selección de pacientes
Se
incluyó a pacientes consecutivos con una LPB traumática y pérdida de la flexión
del codo, operados durante el período antes mencionado. Los criterios de
exclusión fueron: seguimiento <6 meses, otros cuadros que demoraron o
imposibilitaron la correcta técnica quirúrgica (>1 año desde la lesión) o la
rehabilitación, y LPB completa irreparable.
Selección de la técnica quirúrgica
La
elección de una técnica de neurotización por sobre la otra depende del tipo de
LPB que se deba reconstruir. En las LPB altas (C5-C6 o C5-C7), el nervio
cubital estará disponible como fuente de neurotización intraplexual; por lo
tanto, se optará por la cirugía de Oberlin. En pacientes con LPB totales
(C5-T1), al no disponer de donantes intraplexuales, se debe recurrir al nervio
espinal accesorio como fuente de neurotización extraplexual.
Recolección de datos
Se
extrajeron los siguientes datos demográficos y clínicos de los registros
médicos electrónicos de los pacientes: edad, sexo, fecha de nacimiento, causa
de la lesión, tipo de lesión, miembro afectado, inicio de la atención desde la
lesión, tipo de cirugía, tiempo desde la lesión hasta la cirugía, recuperación
motora después de la cirugía, tiempo de seguimiento, fuerza del bíceps luego de
la operación, según la escala del British
Medical Research Council (BMRC).9
Medición de resultados
La
medición primaria de resultados fue la mejoría de la fuerza del bíceps,
utilizando la escala del BMRC.10
En algunas publicaciones, se informa una excelente correlación entre la fuerza
de torque con dinamómetro y la medición de la actividad muscular mediante un
electromiograma cuando se las compara con el estado funcional en la escala
BMRC.11 Un puntaje de la escala
BMRC <3 se consideró falla quirúrgica.
Análisis estadístico
Se
utilizaron pruebas no paramétricas, porque la distribución de las variables no
fue normal.
Para
comparar entre variables numéricas, se emplearon la prueba de suma de rangos de
Wilcoxon, la prueba exacta de Fisher y la prueba exacta de Wilcoxon. Se
consideró significativo un valor p <0,05. El análisis estadístico se realizó
con el programa R-Studio Version 1.4.1106.
RESULTADOS
Se incluyó a 39
pacientes: 33 (84,6%) eran hombres y 6 (15,4%), mujeres. Las características
demográficas de los pacientes se detallan en la Tabla 1.
Seis de
los 33 hombres no cumplían con los criterios de inclusión, ninguna mujer fue
excluida. En el análisis estadístico, se
incluyó a 27 hombres (81,8% de todos los pacientes incluidos) y 6 mujeres
(18,2% de todos los pacientes incluidos) (Figura 1).
El
análisis de ambos grupos mostró homogeneidad en cuanto a la edad, el tiempo de
evolución desde la LPB hasta la cirugía y el tiempo de seguimiento (Tabla 2).
La edad
promedio global fue de 25 años; el promedio de días entre la lesión y la
cirugía, de 211 y el seguimiento promedio, de 1043
días. A 14 pacientes (42%) se les realizó una TNEMC y a 19 (58%), la cirugía de
Oberlin. El puntaje promedio de la escala
del BMRC fue 4, hubo 5 pacientes con falla quirúrgica (15% del total).
Al
comparar los resultados de ambas técnicas entre sí, independientemente del sexo
del paciente, el puntaje promedio de la escala del BMRC fue 3,1 y la tasa de
falla, del 21% en pacientes con una TNEMC. En los casos sometidos a la técnica
de Oberlin, el puntaje de la escala del BMRC promedio fue mejor (3,5), con una
tasa de falla inferior (11%) (Tabla 3).
En el grupo de las mujeres, la edad promedio fue de
25 años (rango 22-50); el tiempo de evolución, de 247 días; y el de
seguimiento, de 690. El 67% había sido sometida a la técnica de Oberlin. El
puntaje promedio de la escala del BMRC ascendió a 3,5 y se registraron 2 fallas
(33%).
La edad promedio de
los hombres fue de 28 años (rango 17-53). El tiempo de evolución medio hasta la
cirugía fue de 204 días y el seguimiento
se extendió 1314 días. El 56% había sido sometido a la técnica de Oberlin. El
puntaje promedio de la escala del BMRC fue 4, con 3 fallas (11%).
Cuando se
analizó la recuperación motora dentro de cada subgrupo de fuerza según la
escala del BMRC, 24 de 27 de los hombres (89%) y 4 de las 6
mujeres (66%) habían logrado una fuerza muscular de M3 o mayor. Se registró una falla quirúrgica total (BMRC ≤2) en 5
de 33 pacientes (15%), 2 mujeres (33% de ellas) y 3 hombres (11% de los
varones) (Tabla 2; Figura 2). Estas
diferencias por subgrupo según la escala del BMRC fueron estadísticamente
significativas (p = 0,05) (Tabla 2).
Al
realizar el análisis multivariado y correlacionar la edad y el sexo de los
pacientes con sus resultados funcionales, la edad no estuvo relacionada con la
tasa de falla quirúrgica en el grupo de los hombres; sin embargo, en las
mujeres, se observó una tendencia mayor a la falla conforme aumentaba su edad (Figura 3). De hecho, las dos fallas registradas en
este grupo ocurrieron en las dos mujeres de mayor edad de la serie.
DISCUSIÓN
En
nuestra búsqueda bibliográfica, no encontramos informes relevantes sobre las
diferencias de fuerza del bíceps después de la neurotización según el sexo del
paciente. Inclusive en los diversos metanálisis publicados, tampoco se hace
mención a dicha diferencia.8-10
Probablemente esto se deba a la alta prevalencia de las LPB en el sexo
masculino, lo que lleva a que la mayoría de las series de casos no tengan una
cantidad suficiente de mujeres para poder comparar sus resultados con los de
los hombres.
Globalmente,
los resultados de fuerza fueron mejores con la técnica de Oberlin que con la TNEMC, la tasa de fallas fue menor con la
primera. Estos resultados pueden explicarse por las características de cada
procedimiento. Partiendo de la base de que, en la recuperación nerviosa, el
estímulo nervioso avanza 1 mm por día y demora 30 días en pasar por cada
neurorrafia,12 en la cirugía de
Oberlin tipo I, el estímulo nervioso debe atravesar una sola neurorrafia y
transitar una distancia menor que en la TNEMC hasta el órgano blanco. En la
TNEMC, no solo la distancia es mayor, sino que también atraviesa dos
neurorrafias. Esto es un factor determinante de los resultados, ya que, entre
los 6 y 12 meses posteriores a la lesión, comienza una degeneración y desfuncionalización
progresiva de la placa neural muscular.12
Hasta la fecha, no hemos hallado estudios que comparen, de manera directa, los
resultados en la recuperación entre ambas técnicas. Los resultados de nuestra
serie se adaptan a lo esperable por las razones antes mencionadas.
En nuestra investigación, hubo una diferencia
significativa en cuanto a los distintos grados de fuerza de bíceps logrados en
los hombres con respecto al de las mujeres luego de las neurotizaciones del
nervio musculocutáneo (p = 0,05).
El
puntaje promedio en la escala del BMRC también fue superior en los hombres que
en las mujeres (4 vs. 3,5) (p = 0,8) y se logró
la reinervación funcional (BMRC ≥3) en el 89% de los hombres contra el 67% de
las mujeres (p = 0,2).
Estas
diferencias podrían atribuirse tanto a las distintas características
anatomofisiológicas de los nervios periféricos en ambos sexos, como a los ya
mencionados efectos protectores y regenerativos de la testosterona luego de las
lesiones nerviosas. Además, cabe recordar su efecto ralentizador sobre la
degeneración muscular después de la cirugía. La profundización en la
investigación de estos mecanismos, sin duda, ayudaría a esclarecer aún más
estos resultados.
Asimismo,
destacamos la mayor tendencia a la falla quirúrgica observada en el sexo
femenino conforme aumentaba la edad, dato importante por tener en cuenta a la
hora de establecer objetivos claros sobre el pronóstico y la recuperación luego
de la cirugía. Esto podría estar relacionado con la depleción tanto de
estrógenos como de andrógenos endógenos que ocurre, de manera progresiva, con
el paso de los años, como con la pérdida de masa muscular fisiológica que se
produce con los cambios posmenopáusicos. Dicha tendencia no se observó en los
hombres.
Una
fortaleza de este estudio es contar con un porcentaje de mujeres cercano al
20%, superior al 10% promedio de la mayoría de las series publicadas. Creemos
que las debilidades del estudio radican en que el tiempo promedio desde la
lesión hasta la cirugía fue >6 meses, esto se debe a que muchos de los
pacientes fueron operados en una institución pública y el tiempo de demora
hasta la primera atención con el especialista fue considerable. Además, se
utilizaron dos técnicas quirúrgicas distintas según el tipo de LPB, ambas con
características técnicas y tiempos de reinervación diferentes.
CONCLUSIONES
Los
hombres tuvieron mejores resultados funcionales y una menor tasa de falla que
las mujeres luego de las neurotizaciones del nervio musculocutáneo para el
tratamiento de LPB. También existe una mayor tendencia a la falla quirúrgica en
el sexo femenino conforme aumenta la edad. Esto podría explicarse por las
diferencias anatomofisiológicas del nervio periférico entre los sexos y por
diversos mecanismos ligados a la testosterona tanto sobre el sistema nervioso
como en el músculo. Se deberían llevar a cabo estudios similares con series de
pacientes más grandes e investigaciones más profundas sobre los diferentes
mecanismos expuestos, para sustentar lo hallado en esta investigación.
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ORCID de F. Balbuena: https://orcid.org/0009-0007-3307-8161
ORCID de A. Fazio: https://orcid.org/0000-0002-3807-0966
ORCID de R. Mishima:
https://orcid.org/0000-0001-5163-7130
ORCID de F. J. Cervigni: https://orcid.org/0000-0001-8518-8716
ORCID de P. E. Valle: https://orcid.org/0000-0002-0561-3493
Recibido el 10-9-2024. Aceptado luego de la evaluación el
3-3-2025 • Dr. Lucas F. Loza • lucasfloza@gmail.com
• https://orcid.org/0009-0005-4940-6073
Cómo citar este artículo: Loza LF, Balbuena F, Mishima R,
Valle PE, Fazio A, Cervigni FJ. Diferencias entre los sexos en la recuperación
de las lesiones del plexo braquial. Bases anatómicas y fisiológicas, y estudio
clínico. Rev Asoc Argent Ortop Traumatol
2025;90(4):326-334. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2025.90.4.2023
Información del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2025.90.4.2023
Fecha de publicación: Agosto, 2025
Conflicto de intereses: Los autores no declaran conflictos de intereses.
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