PRESENTACIÓN DE CASOS
Luxación esternoclavicular posterior: reconstrucción con
autoinjerto reforzado. Reporte de un caso
Carlos Mendoza Puello, Jhon A. Hernández Gallego, Ignacio Seré
Hospital Universitario CEMIC, Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, Argentina
RESUMEN
La
luxación esternoclavicular posterior postraumática es un cuadro infrecuente que
ocurre típicamente en varones jóvenes, por traumatismos de alta energía. Puede
acarrear complicaciones potencialmente letales por compresión de estructuras
mediastínicas; por lo tanto, requiere un tratamiento que aporte una reducción
estable. La tomografía computarizada tiene un rol crucial en el diagnóstico,
determinando el tipo y el grado de desplazamiento, así como la relación
anatómica con estructuras mediastínicas y cervicales. Presentamos a un hombre
de 25 años con luxación esternoclavicular posterior postraumática, que fue
sometido a una reconstrucción ligamentaria mediante una modificación de la
técnica clásica en “figura de 8” con autoinjerto de palmar menor.
Palabras
clave: Luxación esternoclavicular posterior; reconstrucción
esternoclavicular; injerto de tendón palmar menor.
Nivel de
Evidencia: III
Posterior
Sternoclavicular Dislocation: Reinforced Autograft Reconstruction. A Case
Report
ABSTRACT
Post-traumatic
posterior sternoclavicular dislocation is a rare injury that typically occurs
in young men following high-energy trauma. It can cause potentially
life-threatening complications due to compression of mediastinal structures and
therefore requires treatment that achieves a stable reduction. Computed
tomography (CT) plays a crucial diagnostic role, determining the type and
degree of displacement and the anatomical relationship with mediastinal and
cervical structures. We present the case of a 25-year-old man with
post-traumatic posterior sternoclavicular dislocation who underwent ligament
reconstruction using a modification of the classic figure-of-8 technique with a
palmaris longus autograft.
Keywords: Posterior
sternoclavicular dislocation; sternoclavicular reconstruction; palmaris longus
tendon graft.
Level of
Evidence: III
INTRODUCCIÓN
La luxación esternoclavicular
postraumática es una entidad infrecuente, comprende el 1% de todas las
luxaciones, y el 3% de las luxaciones de la extremidad superior. Se produce
principalmente en hombres jóvenes, como consecuencia de traumatismos de alta energía.
El 30% de las luxaciones posteriores se asocia con una compresión traqueal,
esofágica o neurovascular y la tasa de mortalidad es del 3-4%.1-4
El tratamiento quirúrgico se indica
ante el fracaso de la reducción cerrada o para luxaciones inestables. Se han
descrito múltiples procedimientos quirúrgicos para la reconstrucción de la
articulación esternoclavicular, y no hay un procedimiento de referencia para su
manejo integral.5,6
El objetivo de este artículo es
describir una modificación sencilla, segura y reproducible de la técnica
quirúrgica para la reconstrucción de la luxación esternoclavicular posterior
con autoinjerto de palmar menor en “figura de 8”, para lo cual se presenta un
caso con 2 años de seguimiento posoperatorio.
CASO
CLÍNICO
Hombre de 25 años que sufrió un
traumatismo directo de hombro y hemitórax superior izquierdo durante la
actividad deportiva (rugby). Luego de
ser dado de alta en una emergencia traumatológica y de 2 consultas previas con
cirujanos ortopédicos, fue evaluado en nuestro consultorio, a los 30 días del
evento traumático. Tenía dolor esternoclavicular y limitación funcional del
hombro izquierdo. En el examen físico, se detectó una depresión de la
articulación esternoclavicular izquierda (Figura 1A),
limitación para la flexión y abducción >90° por dolor esternoclavicular, con
franca exacerbación en la aducción >10°, sin alteraciones neurovasculares ni
respiratorias.
En las radiografías, no se
observaron signos de lesión ósea. Sin embargo, ante los hallazgos del examen
físico y la sospecha de una lesión esternoclavicular, se solicitó una
tomografía computarizada, la cual confirmó el diagnóstico y reveló la cercanía
del extremo proximal de la clavícula con los grandes vasos del cuello (Figura 1B). Posteriormente se indicó una
angiorresonancia (Figura 1C) para comprender
detalladamente la relación con las estructuras mediastínicas y cervicales.
Con el diagnóstico de luxación
esternoclavicular posterior y teniendo en cuenta la cronicidad de la lesión
como un factor desfavorable para la reducción cerrada, se decidió programar la
cirugía.
Técnica
quirúrgica
Bajo anestesia general y en
presencia de un cirujano vascular, se intentaron, sin éxito, las maniobras
clásicas de reducción cerrada con el paciente en decúbito dorsal y un realce
escapular aplicando tracción y abducción de hombro, por lo que se procedió a la
reducción abierta.
Con el paciente en posición de silla
de playa, se obtuvo un injerto de palmar menor (Figura
2) con denudador tendinoso (stripper).
Se realizó una incisión cutánea en “L” sobre la articulación esternoclavicular
izquierda exponiendo el extremo medial de la clavícula y el manubrio esternal;
se observó, en primer lugar, un espacio vacío donde debería estar la epífisis
medial de la clavícula (Figura 3A). Con la
clavícula luxada, se aprovechó el espacio libre para realizar los dos túneles
en el manubrio esternal de manera oblicua, ingresando por la cara anterior a 1
cm de la superficie articular, para salir en el ángulo posterolateral de la
articulación esternal. La clavícula luxada actúa como barrera de protección
para no dañar las estructuras posteriores con la mecha (Figura 3B). Se prosiguió liberando adherencias, denudando la
epífisis clavicular medial con un hisopo de gasa en la parte posterior, y con
la reducción mediante tracción clavicular suave hacia anterolateral hasta
conseguir la reducción. Luego se perforaron 2 túneles óseos oblicuos paralelos
de anterior al borde posteromedial de la epífisis medial de la clavícula (Figura 3C). Se preservó el disco articular realizando perforaciones
en la porción posterior para el pasaje del injerto y la sutura. El injerto se
dispuso junto con una sutura plana ultrarresistente nro. 2 de polietileno de
alto peso molecular recubierto con una funda de poliéster trenzado, utilizando
una sutura gruesa PDS como pasahilo (Figura
3D), mediante un recorrido en “figura de 8” a
través de los túneles (Figura 4A), cruzando sus dos extremos libres en la
cara anterior de la articulación (Figura 4B).
En primer lugar, se ajustó la sutura trenzada aplicando una tensión suficiente
para mantener la reducción, anudándola con el fin de que actúe como
estabilizador transitorio hasta la ligamentización del injerto. Luego se
terminó entrecruzando los extremos del injerto en la cara anterior de la
articulación, suturándolos a sí mismos (Figura 4B).
Protocolo
posoperatorio
El manejo posoperatorio consistió en
inmovilización con cabestrillo durante 40 días, junto con ejercicios de
flexo-extensión y pronosupinación de codo desde el inicio. A las 2 semanas, el
paciente comenzó con la terapia física y los movimientos pendulares de hombro,
restringiendo completamente la aducción y una flexión y abducción <90º.
Luego de la sexta semana, se retiró el cabestrillo y se liberó el rango de
movilidad para comenzar con el fortalecimiento contra resistencia a partir de
los 3 meses. Al sexto mes, una tomografía computarizada de control resultó
normal (Figura 5) y el paciente fue dado de
alta para realizar la actividad deportiva de contacto.
En la
evaluación a los 2 años, el arco de movilidad era completo (Figura 6), el puntaje de la escala analógica
visual para dolor, de 0/10; el puntaje QuickDASH, de 6,8. El paciente había
reanudado su actividad deportiva previa sin limitaciones.
DISCUSIÓN
La luxación esternoclavicular
posterior es una entidad rara, pero su diagnóstico inmediato es de vital
importancia, ya que puede tener consecuencias devastadoras (neumotórax,
disfagia, ronquera, lesión vascular y lesión del plexo braquial).4 El tronco venoso braquiocefálico, por lo
general, está directamente detrás de la articulación esternoclavicular. Otras
estructuras que se encuentran comúnmente en estrecha proximidad son: las
arterias carótidas, las venas subclavias, la vena cava superior, el arco aórtico,
las arterias mamarias internas y la tráquea.2
El diagnóstico es difícil, porque es
un cuadro infrecuente, y sus signos y síntomas son variados, por lo que, a
menudo, pasa desapercibido. Es fundamental la sospecha diagnóstica al analizar
los antecedentes traumáticos y realizar una exploración física minuciosa y
estudios complementarios precisos.2,3
Las radiografías son difíciles de interpretar por la superposición de
estructuras y, muchas veces, no son concluyentes (Figura
7A). La herramienta diagnóstica más útil es la tomografía computarizada
que permite visualizar la lesión articular y el compromiso de las estructuras
cervicales y mediastínicas (Figura 7B). La
angiorresonancia permite caracterizar eventuales lesiones vasculares (Figura 1C).
La reducción cerrada suele ser
efectiva en los casos agudos. Ante el fracaso de las maniobras incruentas o la
inestabilidad persistente manifiesta luego de la reducción, se indica la
reducción quirúrgica abierta con técnicas de reconstrucción ligamentaria con
injertos tendinosos (las reparaciones directas no suelen brindar resultados
efectivos).2,5
Desde el punto de vista biomecánico,
la articulación esternoclavicular permite un movimiento de inclinación de 35º,
tanto en el plano coronal como en el plano horizontal, además de un movimiento
rotatorio de 45º, que aportan movilidad y estabilidad a la cintura escapular.
El tratamiento de sus lesiones debe obtener una reducción estable para
restaurar, con éxito, su adecuada biomecánica.7,8
Como se trata de un cuadro infrecuente, se han publicado series de casos
pequeñas.5 La gran cantidad de
técnicas descritas para la reconstrucción de la luxación esternoclavicular
indica la falta de consenso sobre su tratamiento óptimo. Se pueden agrupar en
técnicas con resección articular y técnicas con preservación de la
articulación. Dentro del primer grupo, hay descripciones con auto o aloinjertos
de isquiotibiales, resecando la carilla articular medial de la clavícula y del
manubrio esternal. Esta técnica se indica cuando el deterioro articular es
evidente. Entre las técnicas que preservan la articulación, está la clásica
“figura de 8” con túneles anteroposteriores en la clavícula proximal y en el
manubrio esternal que, según se ha demostrado, logra una estabilidad
biomecánica superior a la de otras configuraciones de injerto.8 Nuestra modificación técnica, con túneles
oblicuos (Figura 8) facilita el
procedimiento, disminuye el riesgo de lesión de estructuras mediastínicas,
acorta el trayecto del injerto aproximadamente un 10% (requiere un injerto de
menor longitud), simplifica y abrevia el procedimiento al requerir menor
legrado de la superficie ósea, con un mínimo daño articular marginal posterior.
Además, sugerimos realizar los túneles en el manubrio esternal antes de reducir
la clavícula, esto facilita la visualización y reduce el riesgo de lesión de
las estructuras posteriores al comportarse la clavícula medial como una barrera
para la mecha. Si bien estas modificaciones menguan el riesgo de lesión
iatrogénica, sigue siendo un procedimiento con íntima proximidad a estructuras
vasculares vitales, por lo cual es crucial realizarlo en un centro con el
soporte adecuado y con la posibilidad de la intervención inmediata de un
cirujano vascular.
Elegimos usar autoinjerto, ya que
previene la infrecuente, pero catastrófica complicación de la transmisión de
infecciones, maximizando el potencial de integración tisular y reduciendo los
costos del procedimiento. Entre las opciones disponibles de autoinjertos,
preferimos el uso del tendón del palmar menor homolateral si está presente,
porque su obtención es sencilla, su morbilidad es insignificante y facilita el
procedimiento al estar dentro del mismo campo operatorio.
Ante el riesgo de fracaso de los
implantes metálicos y su posible migración con complicaciones nefastas, están
contraindicados los clavos de Steinman, los cerclajes alámbricos o las agujas
de Kirschner.9 Se pueden utilizar
suturas planas ultrarresistentes para brindar una estabilidad transitoria
adicional hasta la ligamentización final del injerto.2,8
El retorno al deporte en un nivel de
competencia deportiva similar al previo, como en nuestro caso, es lo más
frecuente luego de la reconstrucción ligamentaria.10
CONCLUSIÓN
La reconstrucción ligamentaria de la
articulación esternoclavicular en “figura de 8” con el palmar menor nos
permitió brindarle a nuestro paciente una adecuada reducción estable mediante
una técnica simplificada, efectiva y duradera, con una baja morbilidad.
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ORCID de C. Mendoza Puello: https://orcid.org/0000-0003-4655-4896
ORCID de J. A. Hernández
Gallego: https://orcid.org/0000-0002-5519-3490
Recibido el 6-10-2024. Aceptado luego de la evaluación el
3-6-2025 • Dr. Ignacio Seré • ignaciosere@gmail.com • https://orcid.org/0000-0002-3267-8073
Cómo citar este artículo: Mendoza Puello C, Hernández Gallego JA, Seré I. Luxación
esternoclavicular posterior: reconstrucción con autoinjerto reforzado. Reporte
de un caso. Rev Asoc Argent Ortop
Traumatol 2025;90(4):369-376. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2025.90.4.2044
Información
del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2025.90.4.2044
Fecha
de publicación: Agosto, 2025
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de intereses: Los
autores no declaran conflictos de intereses.
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© 2025, Revista de la Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología.
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