INVESTIGACIÓN CLÍNICA
Fracturas de platillo tibial tipo
II-III de Schatzker tratadas con aloinjerto óseo impactado o técnica de rafting. ¿Es necesario llenar el vacío?
Estudio de cohortes comparativo en 80 pacientes
Sebastián Pereira,* Germán Garabano,**
Andrés Juri,** Leonel Pérez Alamino,** Joaquín Rodríguez,**
César Á. Pesciallo,**
Fernando Bidolegui#
*Servicio de Ortopedia y Traumatología, Hospital
Sirio-Libanés, Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Argentina
**Servicio de Ortopedia y Traumatología, Hospital
Británico, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
#Servicio de Ortopedia y Traumatología, Sanatorio
Otamendi Miroli, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
RESUMEN
Introducción: Las
fracturas de platillo tibial tipos II y III requieren técnicas que estabilicen
y mantengan la superficie articular. El objetivo de este estudio fue comparar
el uso de aloinjerto óseo impactado con la técnica de rafting, evaluando el desplazamiento secundario y la función
posoperatoria. Materiales y Métodos: Se
evaluó, de forma retrospectiva y comparativa, a todos los pacientes con
fracturas de platillo tibial tipos II y III de Schatzker tratados
consecutivamente con la técnica de rafting
o injerto óseo impactado, entre enero de 2015 y diciembre de 2020. Se
analizaron la pérdida de reducción articular (definida como hundimiento >2
mm) y los resultados clínicos y radiológicos mediante las escalas de Rasmussen
y WOMAC. Resultados: La serie
tenía 80 pacientes, 39 tratados con técnica de rafting y 41, con injerto óseo impactado. Dos pacientes del grupo
con técnica de rafting y 2 del otro
grupo tuvieron una pérdida de reducción articular durante el seguimiento. El
puntaje clínico de Rasmussen fue excelente o bueno en el 93,75% de la serie,
sin diferencias significativas entre los grupos. Tampoco hubo diferencias
significativas en el puntaje WOMAC. El puntaje radiológico fue excelente o muy
bueno en el 96,25% de los pacientes, sin diferencias entre los grupos.
Conclusión: Los resultados sugieren un
rendimiento similar en el mantenimiento de la reducción y los resultados
funcionales utilizando aloinjerto óseo impactado o la técnica de rafting en fracturas de la meseta tibial
tipos II y III de Schatzker.
Palabras clave: Fractura
de la meseta tibial; fractura-depresión; técnica de rafting; aloinjerto óseo.
Nivel de Evidencia: III
Tibial Plateau Fractures Schatzker Type II–III Treated
With Impacted Bone Allograft or Rafting Technique: Is Filling
the Void Necessary? A Comparative Cohort Study of 80 Patients
ABSTRACT
Introduction:
Schatzker type II and III tibial plateau fractures require techniques that
stabilize and maintain the articular surface. The objective of this study was
to compare the use of impacted bone allograft and the rafting technique,
evaluating secondary displacement and postoperative function. Materials and
Methods: We conducted a retrospective,
comparative review of all patients with Schatzker type II and III tibial
plateau fractures consecutively treated between January 2015 and December 2020
using either the rafting technique (RT) or impacted bone graft (IBG). Loss of
articular reduction (defined as >2 mm of secondary depression) was assessed,
along with clinical and radiographic outcomes using the Rasmussen score and the
Western Ontario and McMaster Universities Osteoarthritis Index (WOMAC). Results: Eighty patients were included: 39 treated with RT and 41
with IBG. Two patients in each group experienced loss of articular reduction
during follow-up. The Rasmussen clinical score was excellent or good in 93.75%
of the series, with no significant differences between groups; likewise, no
significant differences were found in the WOMAC score. The radiological Rasmussen score was excellent or very good in
96.25% of patients, again with no differences between groups. Conclusion:
The results suggest comparable performance between impacted bone allograft and
the rafting technique in maintaining reduction and achieving functional
outcomes in Schatzker type II -III tibial plateau fractures.
Keywords: Tibial
plateau fracture; tibial plateau depression; rafting technique; bone allograft.
Level of Evidence: III
INTRODUCCIÓN
Las
fracturas de platillo tibial representan el 1% de todas las fracturas en
adultos y entre el 5-8% de las fracturas de miembro inferior.1 La depresión articular es un componente
importante de las fracturas de la meseta tibial lateral.2 Según la clasificación de Schatzker, los
principales tipos son: el II (fractura más depresión) y el III (depresión
pura).3 El tratamiento eficaz
incluye la elevación del fragmento osteocondral y una fijación estable que
proporcione soporte estructural.4
Clásicamente,
se recomienda el injerto óseo autólogo para rellenar el defecto óseo subcondral
y evitar el colapso del fragmento osteocondral tras la reducción articular
inicial.5,6 Sin embargo, este
procedimiento implica un segundo abordaje quirúrgico, que causa dolor en una
zona previamente no lesionada y aumenta el riesgo de infección.7-11 Las estrategias alternativas
(aloinjerto óseo, sustituto óseo o tornillos de injerto subcondral) han evitado
la morbilidad en la zona donante.2,11-15
Mientras
que el aloinjerto óseo y los sustitutos óseos
sostienen la superficie articular rellenando el vacío, la técnica de rafting o empalizada mantiene la
superficie articular mediante la colocación subcondral de tornillos.2,15 Hasta la fecha, en diferentes estudios
biomecánicos, no se han encontrado diferencias significativas en la rigidez
global del constructo ni se ha confirmado la superioridad de ninguna de estas
técnicas.2
Por lo
tanto, este estudio pretende analizar el desplazamiento secundario del
fragmento y los puntajes funcionales tras la cirugía con aloinjerto óseo
impactado o técnicas de rafting sin
injerto óseo para las fracturas de la meseta tibial tipos II y III de
Schatzker. Nuestra hipótesis es que ninguna de las técnicas descritas logra
mejores resultados.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se
revisaron retrospectivamente las bases de datos de 3 centros de referencia para
identificar todas las fracturas de la meseta tibial tratadas con reducción
abierta y fijación interna con aloinjerto óseo impactado o técnica de rafting entre enero de 2015 y diciembre
de 2020.
Este
estudio se llevó a cabo tras la aprobación de los comités de revisión
institucional y ético de cada institución. Los criterios de inclusión fueron:
edad >18 años, depresión articular de la meseta tibial ≥3 mm y fracturas
tipos II o III de la clasificación de Schatzker.
Se
excluyó a los pacientes con fracturas expuestas, fracturas subagudas (>3
semanas después de la lesión), fracturas con afectación posteroexterna
exclusiva que requirieran una placa posteroexterna y aquellos con lesiones
concomitantes de las extremidades inferiores que afectaran la rehabilitación y
un seguimiento posoperatorio inferior a 12 meses.
La
evaluación preoperatoria incluyó radiografías anteroposteriores y laterales, y
una tomografía computarizada de la rodilla lesionada. Se utilizó el sistema de
Schatzker para clasificar las fracturas.3
Se
recolectaron datos sobre sexo, edad, diabetes, obesidad (índice de masa
corporal >30), tabaquismo, tipo de fractura (II o III de Schatzker),
implantes utilizados (tornillos corticales o canulados, placas), consolidación
ósea y complicaciones posoperatorias.
Técnica quirúrgica
Los
pacientes fueron operados en una mesa radiotransparente bajo anestesia
raquídea. El abordaje anterolateral para exponer la meseta lateral se realizó
en decúbito dorsal. Se utilizó una artrotomía submeniscal para visualizar la
lesión y evaluar directamente la reducción. En las fracturas con hundimiento
puro, el fragmento osteocondral se redujo con una pinza a través de una ventana
cortical. Para el tipo II, se abrió la fractura y el fragmento deprimido se
elevó en bloque utilizando un osteótomo. La reducción de la fractura se
supervisó con fluoroscopia en todos los casos.
Tras la reducción, se procedió a la fijación
preliminar con agujas de Kirschner. En el grupo con técnica derafting (Figura
1), la fijación definitiva se hizo con tornillos subcondrales de 3,5 mm
a través de la placa cuando su diseño permitía una colocación adecuada de los
tornillos subcondrales. En caso contrario, los tornillos se colocaron
proximalmente fuera de la placa.
En el
otro procedimiento, se restituyó la superficie articular con aloinjerto óseo
impactado desde una ventana distal, se colocaron 2 tornillos canulados (de 4,5
o 6,5 mm) y luego se impactó y rellenó nuevamente con aloinjerto para ocupar el
defecto metafisario (Figura 2).
En las fracturas tipo II, se colocó una placa
bloqueada de bajo perfil como contrafuerte, mientras que, en las fracturas tipo
III, su uso quedó a discreción del cirujano encargado.
Todos los
pacientes se sometieron al mismo protocolo de rehabilitación posoperatoria. A
partir del segundo día, se indicaron ejercicios de flexión-extensión de la
rodilla y el tobillo. Se prohibió cargar peso durante 4 semanas. Después, se
indicó una carga parcial hasta una carga completa progresiva en torno a las
8-10 semanas posoperatorias. Los controles clínico-radiológicos fueron a las 3
y 6 semanas, a los 3, 6 y 12 meses y, luego, cada año.
Para el
análisis y en función del tratamiento, se dividió a los pacientes en 2 grupos:
tratados con la técnica de rafting o
con aloinjerto óseo impactado.
Análisis clínico-radiológico
En el
último control posoperatorio, se emplearon los criterios de Rasmussen
registrados para la evaluación clínico-radiológica.16 Este sistema evalúa los resultados clínicos (dolor,
capacidad para caminar, amplitud de movimiento y estabilidad) y se califican
como excelentes (≥27 puntos), buenos (26-20 puntos), regulares (19-10 puntos) o
malos (9-6 puntos). Los resultados funcionales se determinaron con el
cuestionario WOMAC (Western Ontario and
McMaster Universities Arthritis Index) mediante una entrevista telefónica
al concluir el estudio.17
Los
hallazgos radiológicos (depresión articular, alineación, ensanchamiento y
artrosis) se consideraron excelentes (18 puntos), buenos (17-12 puntos),
regulares (11-6 puntos) o deficientes (<6 puntos). La depresión articular se
midió trazando el eje anatómico tibial y una línea perpendicular a la altura de
la meseta interna, estableciendo la diferencia de altura con la meseta
lesionada en el lugar de mayor hundimiento. Para ello se utilizó el sistema
digital Fujifilm Pack. Esta medición se realizó en el posoperatorio inmediato y
en el último control radiológico, analizando comparativamente la pérdida
significativa de reducción (>2 mm).
Análisis estadístico
Las
variables cuantitativas se describen como media y desviación estándar o mediana
y rango, según su distribución. Las variables cualitativas se expresan como
frecuencia y porcentaje. Para el análisis comparativo entre grupos de
tratamiento se usaron las pruebas t de Fisher, Mann-Whitney o χ2, según el tipo de variable. Se
consideró estadísticamente significativo un valor p <0,05.
El
análisis se llevó a cabo con el programa informático SPSS versión 23 (IBM;
Chicago, Illinois, EE.UU.).
RESULTADOS
De los 92
pacientes identificados, se excluyó a 12 (3 con fracturas abiertas, 1 con
fractura no aguda, 3 con afectación posterolateral, 2 con fractura ipsilateral
de fémur o tibia, y 3 se perdieron durante el seguimiento). La serie final
tenía 80 pacientes: 39 (48,75%) tratados con la técnica de rafting y 41 (51,25%), con aloinjerto óseo impactado. Las
características generales de la serie y de cada grupo se describen en la Tabla 1.
En cuanto
a las variables preoperatorias, solo se hallaron diferencias significativas en
el sexo entre grupos (p = 0,01). En el grupo con técnica de rafting, se utilizó una mediana de 3
tornillos fuera de la placa. En el grupo con aloinjerto óseo impactado, la
mediana de aloinjerto fue de 45 cc (rango 35-75).
Resultados clínicos
El 93,75%
(n = 75) de la serie obtuvo resultados excelentes o buenos, sin diferencias
significativas entre los grupos (Tabla 2).
Se pudo
contactar telefónicamente a 68 de los 80 pacientes (84,6% del grupo con técnica
de rafting y 82,9% del otro grupo)
para que respondieran el cuestionario WOMAC. El puntaje WOMAC medio fue de 14,3
± 2,64 para el grupo con técnica de rafting
y de 15,1 ± 1,98 para el grupo con aloinjerto óseo impactado, sin diferencias
significativas entre los dos grupos (p = 0,25).
Resultados radiológicos
El 96,25%
(n = 77) obtuvo resultados excelentes o buenos. No se hallaron diferencias
significativas en ninguna de las variables analizadas.
En 4 (5%)
pacientes (2 por grupo), se observó una pérdida de reducción articular entre el
posoperatorio inmediato y el último control (depresión >2 mm) (Tabla 3).
DISCUSIÓN
El
principal hallazgo de este estudio fue que ninguna de las 2 técnicas fue
superior para tratar fracturas de la meseta tibial tipos II y III de Schatzker
en lo que respecta a la pérdida de reducción posoperatoria o los puntajes
funcionales. Este resultado responde a nuestra hipótesis inicial.
En la
última década, se han mencionado otros factores (estabilidad articular,
retención del menisco y alineación coronal) parcialmente relacionados con la
congruencia articular como determinantes críticos en los resultados de
fracturas de la meseta tibial.18
Sin embargo, estudios recientes han demostrado que un hundimiento articular de
2 mm puede correlacionarse con un aumento de la rigidez de la rodilla y peores
resultados clínicos.19,20 Por lo
tanto, la reducción anatómica de la superficie articular y la fijación estable
son piedras angulares en el tratamiento de estas fracturas.19,20
Clásicamente,
para las fracturas de la meseta tibial con depresión pura y aquellas con
fractura-depresión, se ha recomendado sostener el fragmento elevado rellenando
el vacío con un injerto óseo autólogo.5,6
No obstante, las complicaciones posoperatorias relacionadas con la zona donante
están bien documentadas. En consecuencia, se han diseñado estrategias
alternativas, como el aloinjerto o el sustituto óseo para el relleno del
defecto óseo, con excelentes resultados.7-11
Por otra
parte, en algunos estudios, se ha demostrado que el relleno del vacío no es un
requisito esencial para la estabilidad de la fijación.2 La obtención de soporte mecánico para el
fragmento articular reducido desde la superficie subcondral con tornillos
(técnica de rafting) es una opción
viable para evitar el colapso.21
En este sentido, se han descrito diferentes técnicas, como “configuración de
tornillo encarcelado”, “tornillo mágico”, “tornillo a nivel metafisario”
interferencial, o incluso una placa subcondral.21-26
Independientemente de la técnica utilizada, la distancia del tornillo a la
articulación debe ser lo suficientemente próxima para garantizar un contacto
íntimo con el fragmento osteocondral.22
Kulkarni
y cols.27 informaron los
resultados de una serie de 38 pacientes con fracturas tipo II, tratados con
técnica de rafting, donde los
tornillos de 3,5 mm se colocaron a través de una placa bloqueada. Después de un
seguimiento medio de 22.8 meses, el 94% obtuvo puntajes clínico-radiológicos de
Rasmussen excelentes o muy buenos, solo un paciente tuvo una pérdida de
reducción articular. Estos resultados coinciden con los hallados en nuestra
serie.
En el
presente estudio, tras comparar el aloinjerto y la técnica de rafting, ambos procedimientos podían
mantener la reducción articular con resultados radiológicos excelentes o buenos
en la escala de Rasmussen.
A pesar
de que los patrones de hundimiento puro son más frecuentes en el hueso
osteoporótico y, por consiguiente, en pacientes mayores, la edad media fue
similar en ambos grupos de nuestra serie y comparable con la de informes
anteriores.1,19,22,23
Se halló
una diferencia estadística a favor del sexo masculino en el grupo de la técnica
de rafting. Esto puede explicarse por
el hecho de que uno de los Centros recibe predominantemente pacientes que
sufren accidentes laborales.
Según
nuestro conocimiento, este es el primer estudio en nuestro medio que compara
una serie de pacientes con fracturas tipos II y III de Schatzker tratados con
aloinjerto óseo o técnica de rafting
sin injerto óseo ni ningún otro sustituto.
Somos
conscientes de las limitaciones del estudio. La primera es su diseño
retrospectivo, en el que no se aleatorizó a una técnica u otra, lo que habría
dado más potencia a nuestros hallazgos. Otra es la escasa cantidad de pacientes
evaluados por grupo, ya que podría haber afectado el análisis, dando lugar a
una falta de significación estadística. Sin embargo, en comparación con
estudios anteriores, representa uno de los números más altos por grupo. Otra
limitación es que la cantidad, la dirección y la posición de los tornillos a
través o fuera de la placa de los tornillos no estaban estandarizados. Por
último, el seguimiento es insuficiente para evaluar el posible desarrollo de
osteoartritis postraumática.
CONCLUSIONES
Los
resultados sugieren un rendimiento similar del aloinjerto óseo impactado o la
técnica de rafting en el
mantenimiento de la reducción y los resultados funcionales en pacientes con
fracturas de la meseta tibial tipos II y III de Schatzker. En función de las
características de la fractura, del paciente y de los recursos locales, estos
resultados permiten al cirujano decidir el uso de cualquiera de las dos
estrategias de fijación evaluadas y esperar los mismos resultados radiológicos
y clínicos.
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ORCID de G. Garabano:
https://orcid.org/0000-0001-5936-0607
ORCID de J. Rodríguez: https://orcid.org/0000-0002-1089-3071
ORCID de A. Juri:
https://orcid.org/0009-0007-7355-8362
ORCID de C. Á. Pesciallo: https://orcid.org/0000-0002-4461-8465
ORCID de L. Pérez Alamino: https://orcid.org/0000-0002-1563-6947
ORCID de F. Bidolegui: https://orcid.org/0000-0002-0502-2300
Recibido el 7-8-2025. Aceptado
luego de la evaluación 27-10-2025 • Dr.
Sebastián Pereira • sebopereira@hotmail.com
• https://orcid.org/0000-0001-9475-3158
Cómo
citar este artículo: Pereira S, Garabano G, Juri A, Pérez Alamino L,
Rodríguez J, Pesciallo CÁ, Bidolegui F. Fracturas de platillo tibial tipo
II-III de Schatzker tratadas con aloinjerto óseo impactado o técnica de rafting. ¿Es necesario llenar el vacío?
Estudio de cohortes comparativo en 80 pacientes. Rev Asoc Argent Ortop Traumatol 2025;90(6):530-537. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2025.90.6.2213
Información del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2025.90.6.2213
Fecha de publicación: Diciembre, 2025
Conflicto de intereses: Los autores no declaran conflictos de intereses.
Copyright: © 2025, Revista de la Asociación Argentina de
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